Esta vida es una escuela donde superamos ciertas pruebas o no pasamos de curso y nos vemos abocados a resolver los mismos problemas, una y otra vez.
Puede que las condiciones externas cambien, que el escenario sea diferente, que las personas no sean las mismas, mas la situación interna que vivimos sigue siendo bien conocida, igual de dolorosa e insatisfactoria.
Cambiar de curso significa salir de nuestra zona de comodidad, implica atreverse a afrontar los desafios de la vida, requiere valentia, coraje, una mirada abierta y especialmente una mirada hacia adentro.
La campana que nos anuncia el cambio se manifiesta de muy diferentes formas e intensidades: discusiones repetidas con nuestro hijo adolescente o con nuestra pareja, una tristeza profunda que se transforma en depresión, una ansiedad que interfiere en nuestras responsabilidades diarias, el miedo que nos paraliza, el duelo de la muerte de un ser querido, un divorcio, una enfermedad, etc.
Inmersos en nuestra vida se nos hace difícil ver el porqué de nuestros problemas y cómo resolver tanta dificultad escogiendo el camino adecuado
En estos momentos es cuando el trabajo con un profesional es adecuado y necesario.
Si quieres llevar las riendas de tu propia vida, si quieres aprender a descifrar los mensajes que ella te da: comienza a mirarte desde otra perspectiva y déjate asesorar.
